Para probar que aun más que a mí misma la amo,
A la mujer que quiero le ofreceré mis ojos.
Le diré en tono tierno, jubiloso y humilde:
-He aquí, amada mía, la ofrenda de mis ojos.
Te entregaré mis ojos que tantas cosas vieron.
¡Te regalo, mi Amada, todo lo que he mirado!
Y regreso trayéndote cielos grises y alegres,
A ti que te amo tanto, la ofrenda de mis ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario